miércoles, 14 de noviembre de 2007

¡Pato va!


Como sabéis, el otro día decidieron prohibir la fiesta que se celebra en el puerto de Sagunto que consiste en soltar patos en el mar y luego la gente los coge y, si quieren, los devuelven a cambio de un premio. Lo único es que hay personas que consideran que el poder llevarse a casa el propio ánade ya es suficiente premio. Aunque al fin y al cabo se lo comerán después. Lo mismo ocurre con el toro que es matado en la plaza, que se usa para hacer carne. ¿Y a que a nadie nos da asco comernos la carne de toro? ¿Por qué hemos de prohibir un festejo en el cual únicamente se sueltan los patos en el mar? ¿Por qué nos oponemos a las fiestas taurinas y a las muchas más que nos sirven muchas veces de alimento?
Cuando compramos una bandeja de ternera, un jamón, pescado o cualquier alimento de origen animal no nos paramos a pensar si ese ser vivo sufrió o no cuando lo mataron para proporcionarnos comida a los seres humanos.
Antes de que los vegetarianos me linchen, quiero que se pregunten: ¿un árbol, una planta o cualquier otro vegetal no sufre cuando les arrancamos las hojas, los frutos o cualquier otro miembro que nos sirva de alimento? Claro que sí. El que no puedan expresarlo como lo haría un animal no significa que no lo sientan. Igualmente son seres vivos, igualmente sienten, igualmente sufren, aunque, por razones obvias, no puedan demostrarlo. Pero así es la vida, los animales nos proporcionan alimento y por supuesto sufren al ser sacrificados, mas necesitamos comer.
Si alguien igualmente desea contestar y exponer su opinión, solamente decirles que: ¡me gustan las críticas!

Ángel Torres. 4ºA

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